Hola a todos, mi nombre es Hermana Paola, tengo 45 años y soy una mujer feliz de vivir! Comparto esta alegría con ustedes, porque hoy soy feliz de poder dar gracias por el don de mi vida y es un gran milagro realizado por la Misericordia de Dios. Durante mi adolescencia comencé a sentir un profundo vacío en mi corazón que traté de llenar con amistades, entretenimiento y cosas materiales. Hoy sé que esa luz es la presencia de Dios en mi corazón, en mi vida y que el profundo vacío que sentí fue porque no estaba alimentando la vida espiritual. No solo estamos hechos de cuerpo, hay una dimensión espiritual dentro de cada uno de nosotros que es muy importante nutrir a través de la oración y los sacramentos. Al entrar en la Comunidad, me pidieron que me arrodillara ante el Santísimo Sacramento y abriera mi corazón a la oración: era muy difícil porque Dios habla en silencio y yo tenía mucho ruido, pensamientos, recuerdos, rabia en la cabeza, miedos. El Señor es verdaderamente increíble: siempre nos ama y, cuando abrimos nuestro corazón, revela Su Proyecto de Amor para nuestras vidas.
Ella, la mujer a la que no muchos reconocen en la calle, fue y es una pieza fundamental para La Pulga y toda su familia. Así como Diego Maradona tenía a Doña Tota, quien lo acompañó en cada paso, Lionel Messi tiene a Celia Cuccittini, la mujer a la que no muchos le conocen la cara, pero que, sin lugar a dudas, es la pieza sagrada de la familia de La Pulga. Antes de ser madre, Celia, hija de Antonio Cuccittini y Celia Olivera, trabajaba en un taller de bobinas magnéticas, pero después debió dedicar su vida a sus cuatro hijos, Rodrigo, Matías, Lionel y María Sol. Celia, la pieza sagrada de Messi y su familia Ella y Jorge estuvieron junto a La Pulga desde el día uno en que debió iniciar su tratamiento y sintió, con el dolor que toda madre puede sentir cuando su pequeño sufre, los pinchazos de las agujas en las piernas de La Pulga, que eran para revertir el déficit de la hormona de crecimiento. Sin embargo, una piedra apareció en el camino de la familia Messi: el costoso tratamiento, que era solventado por la obra social del padre y la Fundación Acindar, se vio interrumpido por cuestiones económicas y a Celia se le vino el mundo abajo. Frente a eso, Celia no dudó, armó las valijas y partió junto a sus cuatro hijos y su marido hacia el Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona. No obstante, una situación la llevó a tomar una dura determinación. En tanto, Leo la lleva tatuada en su omóplato izquierdo, para sentirla cerca pese a la distancia. No, lo vimos solos. Cada uno de sus hermanos en sus casas, con sus hijos.
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